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Los Cambios

Posted by Chilanga Catastrófica on 8:39 p.m. in , , ,
“Una mañana, luego de tantas desesperanzas,
Un deseo irreprimible de VIVIR
nos indicará que todo ha terminado:
que la tristeza no tiene más sentido,
de el que pueda tener la Felicidad”
(Albert Camus)

Y así fue como una mañana desperté y pensé que todo había terminado –que el tiempo de duelo que le había dedicado a mi corazón roto y a la más enorme decepción, había sido suficiente- me pareció que todo a mi alrededor había estado en stand by esperando a que yo “despertara” de mi letargo y me dedicara a VIVIR de nuevo. Y entonces me encontré con querer transformar mi entorno. Después de todo, ¡ya era primavera! Tiempo perfecto para las transformaciones y yo quería convertirme en TODA una Mariposa Technicolor (ah! El buen Fito).
Creo que me había ido preparando poco a poco sin siquiera darme cuenta, pues ya había recortado un anuncio de una revista: una pared rojo-cereza, sobre la que se veía se reflejaba la luz natural de la calle, el mobiliario, poco y de madera color chocolate, un sillón blanco, un cuadro.
Y justo aquella mañana, me desperté de otro ánimo. Emocionada y muy segura de cómo lo quería (con la imagen en mi cabeza, reforzada por el recorte de la revista) pero sobretodo, una vez más sentía que YA ERA EL MOMENTO.
Tomé el poco dinero que apartaba yo para mis lujitos y salí con el recorte en una mano y un zapato (tono rojo cereza) en mi bolsa, derechito a Cómex, que presumen que te igualan cualquier color. Y con él en una cubeta, solvente, tinta negra para madera y un par de brochas, volví mi casa. Observé por última vez la pared amarillo-mango, me despedí de ella (después me arrepentiría un poco de no haberle tomado una foto) y bajé lo que la adornaba. Objetos todos queridos, pero muy especialmente, el mueble que sostenía mis CD’s que me regaló Aquel, un cumpleaños. Junté todo en un rincón, puse mi música favorita y ¡a pintar se ha dicho!
Mientras se secaba una mano en la sala, vaciaba cajones de ropa sobre la cama para cambiar la distribución de la recámara. Si iba a cambiar, iba a cambiar todo de una vez por todas. Salieron dos bolsas de “basura” (cosas que en algún momento creí que iban a servir para algo pero no me servían para nada), moví los muebles de lugar y mientras se secaba otra mano de pintura, ponía solvente y lijaba los muebles de madera y así, sin casi darme cuenta, pasaron dos días, prácticamente sin comer, sin salir, sin hablar con nadie, casi sin tomar agua.
Para las 6 de la tarde del domingo, yo estaba lista para matar a alguien, agotada, deshidratada, harta, con necesidad de compañía, con el peor de los humores y a decir verdad: frustrada y sin saber a ciencia cierta porqué. Todo era un desorden, nada era como yo esperaba y nada parecía tener remedio.
El rojo cereza era idéntico al de la revista. Era justo cómo yo lo había pedido. Sin embargo, era un cambio radical. Ya no parecía más MI CASA, mi refugio, mi hogar. Todo era diferente y UN estúpido cambio me iba a obligar a otros muchos mini-cambios: los muebles de madera clara ya no venían al caso y pulirlos no había resultado tan fácil como yo pensaba. Los sillones, de por sí viejos (pero macizos) ahora si desentonaban con todo y ya no tenía dinero ni para comprar una sala ni para tapizarlos. Mis objetos más queridos tenían que encontrar un nuevo sitio en dónde lucirse… o dónde guardarse... y el mueble para los CD’s, aquel símbolo-objeto, tenía que irse.
Necesitaba TANTO un poco de compañía, me urgía un abrazo, una oreja, una opinión y transmitir lo que sentía… Mis padres aparecieron por ahí, comentando que el amarillo-mango de antes era mejor… trataron de ayudarme a poner todo en orden, pero en ellos descargué toda mi frustración, mi ira contenida por meses, mi dolor, mi nostalgia… y por supuesto, me mandaron merecidísimamente al carajo.
Entonces reventé en llanto. Me quedé sola, llorando; me bañé llorando, (ya con mi casa en mayor orden), les llamé a pedir perdón llorando (con una culpa espantosa); me acosté llorando, sola e inconsolable hasta las dos de la mañana en que el cansancio le ganó a la tristeza. Claro que mis papás me disculparon y no se ha vuelto a hablar de el asunto… y la verdad es que no puedo explicárselos, aunque creo que tampoco entenderían mucho.
Tal vez para ellos suena como una más de mis locuras el explicar que esos cambios vinieron a reacomodar la energía de mi vida, que estaba cerrando círculos y conociendo una nueva vida y que ese cambio radical (¡pero niña, es solo el color de una pared!) había venido a remover digámoslo así… el agua estancada.
Ese cambio, el del color de una pared, significaba que yo por fin estaba soltando, que aunque yo ya lo sabía, un círculo se cerraba (y por tanto otro se abría). Por fin me enfrentaba a que el mundo ya no era ni iba a ser como yo lo había soñado (me gustaba TANTO mi pared amarillo-mango!!) y yo no hubiera querido que fuera así, pero así era (y él se había ido de mi vida) y todo me dolía, pero también, todo había terminado (y no iba a regresar) y no había vuelta de hoja. Ya había cambiado el color, nos gustara o no. Ya nada era ni volvería a ser como antes.
Se cerraba un círculo, el amarillo-mango y empezaba uno nuevo, el rojo-cereza.
Gran oportunidad para reinventarme y reconstruir mi mundo, adaptando lo que se podía (y se quería) quedar y esto no lo iba a lograr de la noche a la mañana. Yo misma tenía que re-conocer mi casa, mi mundo e ir deshaciéndome, por mucho que me doliera, de lo que ya no servía, de lo que ya no pertenecía, de lo que no venía al caso… como mi mueble de CD’s.
La buena noticia: cada día me gusta mucho más mi pared rojo-cereza, la casa se ha vuelto a llenar de flores (muchas raras, nuevas, diferentes) y todo parece irse acomodando poco a poco. D
edicaré las vacaciones a convertir mis muebles claros, en muebles color chocolate.
Los sillones tendrán que esperar a que llegue el reparto de utilidades (si llega) para adaptarse al entorno y si no… SE VAN. Mientras, yo espero que llegue el tiempo y la forma de tener un sillón que venga al caso y tal vez ¿porque no? hasta un par de Milagritos de qué hablar!!
Ah! Y mi amado mueble para CD’s irá a parar a manos de mis Padres, que puede que no entiendan nada de lo que me pasa, haga o piense, pero que seguro, lo recibirán de mil amores... y sin preguntas, tal como hacen conmigo.

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6 Comments


Todos por lo menos una vez en la vida deberíamos de pintar nuestra pared y soltar los muebles de CD, que como gota en la "moyera" nos recuerdan ingratamente los momentos gratos de otros tiempos.


una vez en terapia mi doc dijo: ¿ya ves cómo, cuando tú te mueves, comienzan a darse los cambios? Y bueno, a veces no resulta en principio tan cómodo, y más bien sí muy amenzador asumir, enfrentar lo que no es agradable, pero sigo creyendo que eso que alguna vez me dijo mi doc es bien cierto.

Anónimo says:

Coincidencia o consecuencia???? "causalmente" una de "mis" películas: La Sociedad de los poetas muertos suena en la tele... estamos exactamente en la parte donde cada quien tiene la oportunidad de caminar a su propio ritmo... pero todos "caminamos" al mismo son.... ¿cambiar un color de la pared sería como camibar de ritmo???? qué importante y qué difícil... tan fácil que parece dejar el tan tan que canta todos los días para tu turun tun tun!!! ya pasó la pared... ¿qué sigue?

Anónimo says:

Cambio.... esa idea de cambio para mi es la culpable de que este durmiendo en el piso... saque de mi habitacion los muebles que no queria ver mas... y no por que me dolieran mis adentros al verlos... simplemente es buscar "algo diferente" y creo que en mi habitacion algo CAMBIO.
Saluditos....


Nacho ¿cómo haces para siempre tener un comentario lindo? Thnx.
Daria, es un hecho que cuando uno inicia el cambio, la energía se empieza a acomodar... aunque digan por ahí que todo cambio es bueno, siempre espanta. Gracias por darte la vuelta de nuevo!
No recordaba la escena de Soc. de Poetas Muertos... gracias por la comparación.
No-tan-anónimo...dicen que dormir en superficie dura es sano... Gracias por tus palabras. Salud(os)

Anónimo says:

Renovarse o morir... me da gusto que eligieras la primera. Y por que no cambiarlo todo? a veces la energia negativa se esconde en los lugares más extraños... dejála fluir y dejate fluir, no tengas miedo tienes muchos que te aman y te quieren pero sobre todo TE TIENES A TI MISMA!!!

sólo no renueves a los que te somos leales, y aunque lo intentes será imposible librarte, para eso es la lealtad!!!

Felicidades mi estimada pared cereza, pero más bien creo que tienes mas de tecnicolor...

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