Tengo días que no puedo terminar ni un post. Nada de lo que he escrito me gusta. Casi nada me parece digno de contarse y lo que me parece digno de contarse no me gusta cómo queda cuándo lo escribo. Paso el día pensando en qué puedo escribir ¿porqué para mi esto se ha vuelto tan importante?, al segundo siguiente me doy cuenta de que si no vuelvo a escribir, tampoco pasa nada, pero siento que me hace bien...
Mis días de insomnio los usaba para escribir mis posts, pero el colmo es que ahora que NO tengo insomnio tengo una especie de Random Dreams que me atacan y no me permiten descansar. Llega uno tras otro y muchas veces despierto angustiada. No siempre recuerdo qué soñé. Sé que tengo sesiones de ‘loops’ del mismo maldito sueño y en medio de uno y otro a ratos me siento cansada e intento parar de soñar. Quiero despertar y a ratos hasta deseo que el insomnio vuelva (al menos así podría sentarme a escribir), pero en verdad, no puedo porque el cansancio es mayor y solo deseo dormir o seguir durmiendo, pero descansar. Los sueños que recuerdo provocan que durante el día, le de vuelta a varias ideas en mi cabeza (hace tiempo me decían que los sueños son los temas que dejamos “pendientes”...). Creo que tengo muchos temas que resolver. No importa de dónde parta, termino siempre en las mismas ideas recurrentes. Ejemplo...voy rumbo al trabajo pienso que tengo que llegar a terminar más de un reporte pendiente, trabajo atrasado. Inmediatamente me pregunto si soy buena jefa. No estoy siendo un buen ejemplo. Estos chicos merecen alguien mejor. Pero sí sé cómo ser buena jefa, es sólo que no tengo ganas de trabajar. Quisiera poder sentarme frente a una computadora y escribir todo el día. Mejor aun si esa computadora está en una mesa y esa mesa se encuentra frente al Mar. ¿Pero a quién pretendo engañar? Eso nunca va a pasar. Si estando “activa” no logro escribir, sentada todo el día en una playa solitaria, menos. ¿Y de qué viviría? Definitivamente tengo que regresar al ejercicio; estoy clavándome en mucha estupidez. El ejercicio me ayuda a relajarme y poder descansar, a dormir bien y por lo tanto, pensar "mejor". Pero como no estoy concentrada ni descansada, Yoga no es la opción. Seguro ni logro pararme de cabeza otra vez. Además, he engordado. Y ¿cómo no voy a engordar? Si no me paro por el gimnasio, porque salgo tarde de trabajar (y aun así hay trabajo atrasado) y no descanso al dormir. En pocas palabras: he subido de peso (estoy gorda), tengo que regresar al gimnasio, tengo que descansar y poder levantarme temprano… ¿y a qué hora voy a escribir? Ya sé. Me voy a salir temprano de trabajar, me voy a ir al gimnasio y voy a llegar temprano a casa para leer un poco y con suerte escribo algo. Ojalá no llueva, porque ya me tocó salirme temprano y quedarme atrapada horas debajo de una tormenta sin ejercicio, sin leer, sin escribir, sin dormir bien y sin haber adelantado el trabajo... Sexo. Hace falta un poco (al menos un poco) de sexo. Es LA opción. Pero no puedo mientras me sienta gorda. Urge encontrar la forma de relajarme bien para dormir igual. Leer ayuda, pero no me concentro y entonces recuerdo no haber escuchado al Grillito las últimas noches. Su canto me ayuda a relajarme. ¿Será que cuando llueve se duerme? ¿O se habrá mudado ya de mi depa? Y a todo esto ¿cómo diablos llegó un grillo a un quinto piso? Tal vez ya murió congelado cuando la tormenta o se ahogó. O tal vez sólo duerma estos días. La tormenta de hielo. Quería dedicarle un post. Se quedó en draft. Quería contar que esa tormenta me llevó a pasar una de las mejores y más descansadas noches que he tenido en mucho tiempo. ¡Qué ganas de repetirla!. Después de haber estado en el coche por horas y con el agua hasta media puerta, hielo por todos lados (parecía que había nevado) busqué refugio en el único lugar en dónde nada parece ser más importante. Pero no es el lugar, sino quién vive ahí. Para mi suerte, es un renegado natural. Estaba despierto después de media noche cuando llegué buscando refugio. Me recibió con fiesta y abrazos, sin preguntarse qué hora era. Me sirvió un cafecito caliente, me dio un masaje relajante y escuchó toda la historia de mi día con atención y cara de asombro. De inmediato me invitó a dormir y por supuesto que yo acepté sin pensarlo. Me abrazó toda la noche y antes de dormir me hizo cariñitos en la cara y agradeció a su Dios por todo lo que tiene a su alrededor (incluida yo) y por todo lo que tuvo ese día. Principalmente por la tormenta "pues gracias a ella me había ido a dormir con él". Qué bien dormí esa noche. No cabe duda que es el Hombre Ideal, el hombre de mis sueños y de mi vida. Esta noche viene a quedarse conmigo. Hoy toca desvelarnos con pláticas fantásticas y películas que ya hemos visto. Seguro me hará cariñitos en la cara. Tengo que dedicar un post de este Hombre Maravilloso. Seguro preguntará por el Grillito. ¿Alguien sabe qué comen los grillos? Tal vez se fue por falta de comida. En fin. Hoy eso no importa: Hoy seguro dormiré bien.
|