Siendo Honestos

Ya no me atormenta saber que no me amaste. En cambio, te imagino llegando cada noche a mis brazos como nunca fuiste, resguardándome entre los tuyos sin que yo te lo pidiera, llenándome de besos la piel, mojándome sin lluvia - con tu voz hablándole a todos mis labios- haciendo que pidan cada vez más de tí y llevándome de nuevo, de la mano, hacia allá... donde explota la luz.